Personal de la Casa de la Cultura vinculado con el Bando de Libros COMELIBROS.
Gracias al apoyo de la Alcaldía de El Retiro y la Casa de la Cultura del bello municipio del oriente antioqueño, hemos encontrado un espacio para guardar e inventariar los libros que las personas e instituciones nos regalan para nuestro Banco de Libros COMELIBROS. El espacio destinado se encuentra en el Parque Educativo Cuna de la Libertad, donde se clasifican por temas e intereses las publicaciones, de modo que cuando alguna institución educativa, hospital o centro de reclusión nos solicita una donación de libros, podemos saber a ciencia cierta con qué contamos.
También se han vinculado algunos negocios amigos como Achacanas y Doctor Pulgas, para colocar en el municipio un par de puntos de venta de libros usados, con el fin de obtener recursos para el Banco de Libros y hacer de este proyecto un sueño viable. Próximamente los libros que nos han enviado nuestros benefactores, también alimentarán las primeras Pequeñas Bibliotecas Libres de El Retiro, un proyecto de estímulo a la lectura, confianza y cultura ciudadana que ha encontrado en El Retiro un terreno fértil para crecer y, ojalá, dar deliciosos frutos para muchos comelibros en Colombia y el mundo.
Tercos, insensatos, elevadores de cometas. Sí, a lo mejor eso somos. Tenemos un chat en WhatsApp de más de medio kilómetro con Amalia Londoño, la exsecretaria de Cultura de Medellín, en la que nos aseguraba, cada quince días, que estaba gestionando nuestra propuesta de pequeñas bibliotecas comunitarias, o pequeñas bibliotecas libres, y el banco de libros para Medellín. Hasta el mismo día en que dejó la secretaría, nos tenía citados para hablar del tema.
Nos reunimos con ella en el Planetario a principios de año, dijo que le gustaba la idea y que si podíamos confirmar los valores de la propuesta el mismo día. Salimos corriendo a hacerlo y lo logranos, le creímos a Amalia, a pesar de que muchos nos tacharon de ingenuos. El hecho es que se fue y hoy, después año y medio de gestión, no tenemos nada. No ha habido apoyo de la Alcaldía de Federico Gutiérrez para este tema al que le pedaleamos desde el comienzo de su administración y no podemos quedarnos esperando. La lectura es un tema urgente. Así que vamos a retomar la idea del Banco de Libros y las Pequeñas Bibliotecas Comunitarias, partiendo de la buena voluntad de los amigos y conocidos, ya que la del gobierno municipal exige la paciencia de Job que no tenemos.
La idea es simple: de los libros que nos donen, destinaremos algunos para la venta como libros usados por un pequeño valor, que junto con la venta de souvenirs para los amantes de la lectura, nos ayude a ir recolectando el dinero suficiente para pagar una bodega y el personal para clasificarlos y tenerlos disponibles para donar a las instituciones y fundaciones que lo requieran. La idea de la administración municipal, promovida por nosotros mismos en el artículo ¡Regalá un libro, compartí una parte de tu vida! no ha funcionado bien. Al menos así lo evidencia la falta de respuesta, más de un mes, a quienes escriben o llaman solicitando información para donar o regalar sus libros, para la muestra un botón:
Una vez logremos sacar adelante este proyecto continuaremos con las Pequeñas Bibliotecas Comunitarias o Libres, la cual no es una idea nuestra sino una iniciativa nuestra. La hermosa idea proviene de Hudson, Wisconsin en Estados Unidos y su simplicidad es asombrosa. Se trata de colocar unas pequeñas casetas de libros en parques y sitios públicos, con libros dentro y basados en tres principios de confianza ciudadana:
Puedes tomar el libro que quieras y devolverlo.
Puedes tomar el libro que quieras y dejar otro.
Puedes dejar un libro de regalo.
La caja debe tener un doliente que se encargue de verificar el estado de la estructura, nunca cerrada, y de los libros. Por ejemplo en Rionegro Antioquia el colegio se encarga de cuidar la pequeña biblioteca libre Para conocer un poco más sobre Little free library los invitamos a ver este video y quedamos en contacto.
Una idea que creemos buena, ganadora, con altas posibilidades de impacto social, debe suspenderse de momento por falta de recursos. El Banco de Libros parte del principio básico de conectar libros donados con instituciones educativas y de reclusión pero para hacerlo necesitamos de una breve logística de organización y una pequeña bodega para almacenar los libros. Pensando en eso, recurrimos a Juan Carlos Sánchez, encargado de promocionar la lectura en la Secretaría de Cultura de la Alcaldía de Medellín, sin resultados.
Luego de llevarle la propuesta del Banco de Libros, entre otras, con presupuesto y ejecución detallados, no volvimos a saber de ésta hasta que, pasados dos meses, al preguntarle por el Banco de Libros al Subsecretario de Bibliotecas, Lectura y patrimonio, nos dijo que ya se habían repartido los recursos para fomento a la lectura y que le extrañaba que no nos hubiéramos enterado pues se había hecho un plan de difusión masiva en todos los medios de la Alcaldía de Medellín. Se molestó incluso, cuando le dijimos que hubiésemos agradecido nos avisara de las convocatorias, ya que conocía el proyecto.
También le escribimos cada mes a Amalia Londoño, Secretaria de Cultura, desde abril hasta noviembre con iguales resultados, nada. Pero más allá del asunto burocrático y de los 23.000 millones que dicen que se invirtieron en 2016 para fomento a la lectura desde el Municipio de Medellín, de los cuales el Banco de Libros de Comelibros no recibió ni un solo millón, hemos decidido suspender de momento esta iniciativa, mientras evaluamos nuevas posibilidades que hagan sostenible la idea, como vender algunos de los libros donados u obtener recursos de instituciones internacionales que apoyen este tipo de ideas. Si alguien sabe algo al respecto, agradecemos la información.
En Comelibros y nuestro Banco de Libros (libros donados y donables) nos unimos a esta hermosa iniciativa de la organización Little Free Library, cuyo origen se encuentra en Wisconsin, EEUU en el año 2.009. Actualmente las pequeñas bibliotecas comunitarias se han implementado en más de 60 países y sigue creciendo basada en personas interesadas en apoyar esta iniciativa mundial en pro del amor por la lectura y la confianza en el ser humano.
Las Pequeñas Bibliotecas Comunitarias son construidas y sostenidas basadas en la buena voluntad de las comunidades, donde las personas puedan entrar en contacto con los libros, bien sea a través de la donación, el intercambio o, simplemente, la lectura. Éstas pequeñas librerías buscan integrar a los vecinos en torno a la cultura, la confianza y la lectura, basadas en tres principios:
Puedes tomar un libro, leerlo y retornarlo.
Puedes tomar un libro y dejar otro.
Puedes donar libros a esta biblioteca.
¿Te interesa? Adelante, comienza la de tu barrio. Te apoyamos.
Instrucciones de la Pequeña Biblioteca Comunitaria