Por: Carlos Andrés Naranjo Sierra
Lo que comenzó como la primera librería infantil online en Colombia no funcionó. Decidí enfrentarme al tema del comercio electrónico en vivo y en directo montando mi propia tienda en línea en 2007. De la mano de mis amigos y de los primeros negocios de comercio electrónico en Colombia, desarrollamos COMELIBROS.COM con la idea de apoyar la creación literaria para niños en Colombia, Muchos proveedores y editoriales creyeron en este proyecto pero no así los programas de Capital Semilla y Cultura E de la Alcaldía de Medellín. Mauricio Pérez y Tomás Molina, del Banco de las Oportunidades en ese entonces, me dijeron que temían mucho patrocinar este tipo de proyectos tecnológicos, tal vez con razón.
COMELIBROS.COM era una apuesta arriesgada pues implicaba montar una tienda en línea en un país con una pobre bancarización y con un temor constante por los fraudes electrónicos. Sólo contaba con mis conocimientos de marketing y publicidad y las ganas de aprender de comercio electrónico. Algunos compatriotas que viven en el exterior, más familiarizados con las compras online, comenzaron a usar mi librería infantil en línea, para regalar libros a sus familiares y otros tantos del el interior, innovando en sus hábitos de consumo para calmar la curiosidad por los fantásticos productos que vendíamos de creativos colombianos. Con ellos viviré siempre agradecido.
Sin embargo, mantener una tienda, así sea en línea, es difícil e implica unos costos fijos en publicidad y programación que no se suplen fácilmente con las ventas que tenía en el mes. Sabía que me adelantaba un poco al mercado pero no tenía alternativa. Hacerlo después era correr el riesgo de verme sometido a competir con los gigantes locales de los libros. Me equivocaba, ni la más grande librería virtual de Colombia, Norma.com, pudo soportar la realidad de la economía global y los estrechos márgenes por volumen que permite su implacable competencia. Ahora son los colosos mundiales Amazon.com o Barnes&Noble.com, los que ven amenazados sus propios negocios por competidores aún más grandes como Apple y Google.
Pero si los ingresos económicos no han sido suficientes, los personales sí lo han sido y con creces. En estos casi siete años de caminar por el mundo de los libros, las editoriales y las ferias, he conocido gente y proyectos maravillosos. He asistido a ferias locales, nacionales e internacionales, con el patrocinio de mí mismo, para conocer más a fondo el mundo editorial. He estado en fundaciones, hospitales y cárceles promoviendo el hábito de la lectura en medio de risas y lágrimas y me he encontrado con un universo paralelo en el que los seres humanos felizmente se alimentan de frases y respiran letras. Y es de allí de donde sale el nuevo enfoque que tendrá COMELIBROS a partir de hoy.
Camisetas, mugs, objetos. Comenzaré el desarrollo de una nueva etapa en la que, a la vez que escribo sobre literatura, diseñaré productos publicitarios para los Amantes de la Lectura con la idea de posteriormente reencontrarme con los libros de creadores locales, esperando que la nueva ola digital, no tarde en prestarnos las herramientas necesarias para hacerlo de forma fácil y certera. Mientras tanto seguiré disfrutando de los mundos de la lectura y del diseño gráfico, a través del diseño de artículos simples y novedosos, que sirvan de regalo y gratificación para todos aquellos que ahora basan sus hábitos literarios en una dieta basada en ideas e imaginación, la nutrición de los verdaderos comelibros.