A pesar de que Colombia ha contado con editoriales muy representativas en Iberoamérica, el consumo de literatura por parte de los colombianos ha estado por debajo de la media de la región. De modo que es muy importante seguirle apostando a iniciativas de estímulo cultural y educativo. Mientras que en Argentina el 55% de la población lee habitualmente algún libro, seguido por Chile con el 51%, Brasil con el 46%; Colombia con un 45% de lectores, se ubica por debajo del promedio con sólo 2,2 libros por habitante al año por debajo de México con 2,9 y muy lejos de España con 10,3 libros al año.
Uno de los problemas que denuncian los colombianos para acceder a los libros, es el alto costo de los ejemplares, dejándolos por fuera de la Canasta Familiar de forma regular y recurriendo habitualmente a la compra de libros piratas en los semáforos o las esquinas de las ciudades y poblaciones, al igual que sucede con la música digital, por medio del consumo de CDs y DVDs ilegales y otras formas de producción cultural. Sin embargo no se percibe un alto número de préstamos de libros en las biblotecas públicas o en la páginas de compra venta en Colombia suelen ser un poco más económicas ¿Por qué?
Una posible explicación puede encontrarse en la base de la tendencia humana de justificar la falta de comportamientos deseables asignando la responsabildiad a agentes externos. Otra explicación puede yacer en que efectivamente no hay una adecuada formación temprana en la lectura, lo que dificulta que las personas adquieran el gusto por este hábito. No olvidemos que la capacidad de leer es un subproducto de la metacognición, es decir, un resultado no buscado de la evolución del cerebro, y por eso, al igual que los quesos o los vinos, es necesario estimularla para desarrollar su gusto.
En Colombia existen fundaciones e instituciones dedicadas a la formación de lectores como Fundalectura, Rafael Pombo o Ratón de Biblioteca pero sus presupuestos y alcances están lejos de las necesidades reales de Colombia. En las principales ciudades del país, en especial en Medellín, los Parques Bibliotecas realizan talleres de lectura, al igual que COMELIBROS.COM, con el fin de acercar a los más pequeños al ejercicio literario pero se sabe que la labor fundamental comienza en los hogares. Son los padres, hermanos, tios y abuelos, los verdaderos Prometeos del fuego de la lectura. Es allí donde se encuentra el punto clave sobre el que debemos trabajar si queremos mejorar nuestros índices de lectura, pero sobre todo, nuestros índices de desarrollo como sociedad y como nación.